Belleza Sencilla: la que proviene de lo esencial y lo auténtico

Belleza Sencilla: la que proviene de lo esencial y lo auténtico

“La raíz escondida no pide premio alguno por llenar de frutos la rama.”

Hace mucho tiempo que no escribía un post, pero esta frase de Rabindranath Tagore, que una querida amiga pronunció ayer en un discurso me hizo reflexionar sobre la importancia de lo que no se ve. Lo esencial y lo más valioso a menudo se encuentra oculto. También en la piel.

Las raíces de un árbol, aunque invisibles, son fundamentales para su crecimiento y salud. De manera similar, en la belleza, lo que realmente importa no es necesariamente lo que se muestra externamente, sino la esencia, la naturalidad y la autenticidad que subyace en una persona.

El objetivo de la belleza no debería ser el reconocimiento ni los “likes”. Se trata de una belleza que emana de dentro, sin necesidad de adornos excesivos ni artificios. La belleza saludable y sencilla que promuevo fluye de una vida bien vivida, de la autenticidad, de la salud y de la conexión con uno mismo y con los demás.

Ayer, durante el discurso de mi amiga nos conectamos profundamente con quién es ella realmente y lo que representa para nosotros. Ella es una de las personas más bellas que conozco, precisamente por su modestia y humildad en todo lo que hace, incluida su belleza que es auténtica y sin pretensiones. Aunque eso es precisamente lo que hace con que nunca pase desapercibida. A menudo, las cosas más bellas son aquellas que no buscan destacar o ser reconocidas, sino que simplemente existen en su forma más pura y natural.

No me refiero a descuidarse ni a abandonar tu piel. ¡Eso nunca! Es maravilloso cuidarse y cuidar a los demás sin hacer alarde de ello y sin esperar nada a cambio. Esta perspectiva puede fomentar una apreciación más profunda de la belleza interior, de la salud, y la autenticidad, en lugar de enfocarse únicamente en la apariencia externa.

Creo que es un error buscar la belleza solo con el objetivo de impresionar a los demás de conseguir reconocimiento o amistades vacías. La frase de Tagore nos invita a valorar la belleza que proviene de lo esencial y lo auténtico, y a reconocer que la verdadera belleza no necesita ostentación ni reconocimiento para ser significativa y poderosa.

Invierte tiempo en cuidar tus raíces, tus verdaderos amigos, tu mente, tu salud y verás cómo todo eso se reflejará en tu piel. Hoy me he despertado sintiéndome inmensamente afortunada de tener amigas que me inspiran sentimientos tan positivos, que saben decir las palabras perfectas para hacer felices a los demás y que siembran felicidad de forma discreta y sencilla, sin pedir nada a cambio. Hoy me he despertado sintiéndome sencillamente bella.

¡Gracias, Marta, por ser parte de mi vida!

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