Nos encontramos inmersos en el verano, que como de costumbre ha llegado de la mano de insoportables olas de calor, convirtiendo a cualquier sombra en nuestro mejor aliado. Paradójicamente esta repulsión al calor no se da con el sol, el cual buscamos con ansia para ponernos morenos. Sobre todo si tenemos una piscina o el mar cerca.
El objetivo es muy tentador, más aún si tenemos en cuenta que la exposición al sol nos hace sentir bien y ayuda a nuestro organismo a sintetizar la famosa vitamina D. Sin embargo, hay que tener muchísimo cuidado con los efectos secundarios, ya que estamos hablando de la principal causa del envejecimiento prematuro del tejido cutáneo. Una gran cantidad de estudios científicos han demostrado que puede dañar el ADN y aumentar el riesgo de cáncer de piel. Entonces, ¿qué hacemos? ¿Tomamos el sol o no?
La respuesta es sencilla: si hablamos de estética, deberíamos proteger siempre el rostro, escote y las manos. Desde Método R recomendamos encarecidamente la protección física estando a la sombra y mediante el uso de ropa, gorros y sombreros.
Por otra parte, si hablamos de salud los adultos podemos tomar el sol 15-20 minutos sin protección, evitando las horas centrales del día, y siendo siempre conscientes de lo malo que es quemarse y de la importancia de evitarlo a toda costa, especialmente en los más pequeños. El British Journal of Dermatology ha publicado un estudio que sugiere que el uso de protectores solares no reduce la síntesis de vitamina D. Posiblemente porque los fotoprotectores no ofrecen una protección 100% y porque tardan unos 20 minutos en comenzar a hacer efecto. Así que, tampoco te obsesiones por esos 15 minutos sin fotoprotección.
En cualquier caso, recuerda que no es lo mismo la exposición al sol en invierno que en verano y que la necesidad de proteger del sol una piel clara de una morena varía, por lo que estos consejos son orientativos.
Otra de las dudas más frecuentes de esta época del año es si la exposición al sol afecta por igual a todas las edades. La respuesta es un rotundo no.
Sigue estas reglas: los bebés hasta los 2 años no deben exponerse al sol en absoluto, los niños siempre con fotoprotección, los adultos, pueden permanecer 15 o 20 minutos al sol sin protección, evitando las horas centrales del día. A partir de los 55 años, la piel pierde la capacidad de producir vitamina D por lo que la exposición puede ser un poco mayor, pero siempre sin quemarse. Y recuerda que estamos exponiendo consejos generales. Cada persona es un mundo y cada piel, otro, así que si tienes cualquier duda, consulta a tu dermatólogo.